martes, 7 de agosto de 2007

edición del 5 de agosto de 2007



La Tramontana evoluciona

Todos los domingos, desde el 21 de enero, la Tramontana ha llegado hasta usted. Gracias a su interés y aceptación, nos renovamos con el fin de llevarle una publicación de mejor calidad y que cumpla sus expectativas.

Nuestra página surgió con el objetivo de brindar un espacio para que los coahuilenses pudieran dar a conocer su trabajo. A través de crónicas y reseñas viajas a la obra de importantes escritores mexicanos, visitamos otros países y recónditos pueblos abordo del tren.
La Tramontana “el lugar situado al norte” o “el viento que sopla del norte” ha llevado durante 29 números, 27 cuentos, 11 poemas y 20 reseñas y crónicas, ganándonos así la confianza de nuestros autores y llenándonos de satisfacción.
Todo esto no es más que un agradecimiento por su preferencia y la reiteración de nuestro compromiso hacia usted y la difusión cultural. Por esta razón la Tramontana inicia una nueva temporada y a partir del próximo domingo, cada quince días encontrará ocho páginas de Tramontana como suplemento adjunto a su periódico.
En la segunda temporada le ofreceremos no sólo trabajos de nuestros jóvenes, también se publicarán textos de escritores con trayectoria, además de nuestras reseñas y crónicas que usted ha podido disfrutar.
Por si esto no fuera poco y tratando de darle un toque más divertido a la publicación se incluirá número a número cómics y caricaturas de artista coahuilenses y de algunos otros de reconocimiento nacional.
Confiamos en seguir contando con su preferencia y recuerde que todas las sugerencias y comentarios serán siempre bienvenidos y tomados en cuenta. ¡No se pierda la Tramontana el próximo domingo!


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La Tramontana en la voz de su corrector
Por Jesé Avendaño
Al escuchar la palabra “corrector” me vienen tres cosas a la cabeza. Primero: el utensilio que sirve para tapar la tinta cuando te equivocas al escribir y que, aunque corrige, deja una blancuzca mancha. Segundo: el niño o niña (de preferencia con lentes) que siempre corrige al profesor, estudia para los exámenes, tiene complejo de sabelotodo y le parece un misterio el porqué todos lo odian. Tercero: el hombre viejo al que se le ve en todo momento sentado, soplándole a unos libros para quitarle el polvo, y revisando, hoja por hoja, si hace falta un acento o una coma está sobrando. Trabajar corrigiendo un periódico es un poco de las tres.
Considero una falta de respeto para el lector cuando se le ofrece un texto que contiene fallas (sobre todo ortográficas). Puestos que venden tacos de “caveza” o lugares que instalan “bidrios” son ejemplos que hacen ebullir mi sangre. Por eso en la Tramontana se hace el mejor de los esfuerzos y se pone el mayor de los cuidados a la hora de presentar un escrito (aunque a veces se escapen, como veloces ratones, algunas erratas). Ahora que la Tramontana avanza a una nueva etapa, la calidad de los textos será superior, al igual que la atención que se pone en los mismos.
En la Tramontana hemos podido apreciar la técnica narrativa y poética de muchos autores: estilos, contrastes, formas, métricas, ritmos, así como también una muestra del arte gráfico que exponen los artistas. Y lo mejor es que la mayoría de los que publican en la Tramontana son gente coahuilense, lo que les da a sus obras una calidez y un sentido materno que cobija a todos los norteños.
No queda más que agradecer todo su apoyo y comentarios. Gracias a ustedes, hemos seguido adelante. La Tramontana continúa soplando.

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